por Hernán Patzer y Hugo Reis (Autoridades Coiform)
Algunos sectores de la sociedad adoptan posturas extremas u opiniones rígidas en relación a aspectos productivos, ambientales, o socio-económicos ligados a una actividad como por ejemplo la forestal. A menudo se escuchan expresiones tales como: "los bosques cultivados desplazan tierras para producción de alimentos" o "la actividad forestal causa la deforestación de nuestros bosques nativos", "o los pinos acidifican los suelos y los eucaliptos los secan".
Ante tales expresiones, podemos estar seguros que otros sectores dirán exactamente lo contrario. Y esto es así porque es un "problema de raíz", si se nos permite la analogía. Nuestra naturaleza humana hace que sea más fácil sostener una idea individual desde la subjetividad a tener que ser objetivos, debatir y finalmente consensuar criterios y acciones entre partes para beneficio de todos. Si volvemos a las expresiones anteriores y sus contrapuestas, sin atender la necesidad de la objetividad, del conocimiento responsable y el consenso, lo único que tenemos es un conflicto improductivo y que nos aleja más y más del tan ansiado (por todos los misioneros, con seguridad) manejo sustentable de nuestros recursos naturales. Analicemos algunos pocos casos.
Si alguien dice "No a las industrias papeleras por que matan", probablemente otro dirá "o contaminan". Tanto la primera como la segunda afirmación no consideran todas las variables objetivas. ¿Nos acordamos que existen los libros, el diario, el papel higiénico, las toallitas higiénicas, los tampones, el pañal descartable, los billetes, las servilletas de papel, etcétera, etcétera, etcétera? Todos artículos de papel que forman parte de nuestra vida, y que no sabemos hasta dónde estamos dispuestos a dejar de utilizarlos ¿Tenemos productos o alternativas más amigables?, ¿cuál sería el proceso en caso de entender la necesidad de cambio?; y por la otra parte ¿se sabe que cualquier proceso u actividad que genera el hombre, cualquiera de ellas, tiene un impacto? Lo correcto sería visualizar un esquema donde objetivamente y con toda la información disponible, se establezcan las mejores herramientas que posibiliten un sistema sustentable en lo económico, ambiental y social.
Muchos hablan del "Pino, monocultivo o desierto verde". Según el Sistema Información Foresto Industrial (Sifip), proyecto desarrollado en conjunto entre el Estado Provincial y la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones, el 12% de la Provincia de Misiones tiene cultivos forestales implantados. Para darnos una idea, un poco más que el doble de la superficie del Embalse Yacyretá, y más o menos la cuarta parte de la superficie actualmente ocupada por bosques nativos en Misiones.
No es nuestra idea debatir cada una de las famosas expresiones en esta nota, pero sí queremos insistir en la responsabilidad de la opinión y de la comunicación, y sobre todo, en la objetividad. ¿Hemos pensado en su importancia para nuestra querida provincia, en relación a la superficie ocupada? ¿Hemos pensado seriamente que con esa poco significativa superficie vive una gran mayoría de los misioneros? ¿Sabemos que esa superficie permite a su vez la conservación de innumerables cursos de agua y áreas boscosas nativas, asociadas a estas forestaciones? Probablemente no. Falló la comunicación, la información responsable, el conocimiento.
Alguna vez se llegó a decir que "los pinos y eucaliptos bombean y sacan agua del acuífero", y automáticamente desde otra parte dijeron "el bosque no genera impactos hídricos". Nosotros creemos que al primero hay que contarle que todos los vegetales, nativos y exóticos, consumen agua a pocos metros de profundidad, y al segundo comentarle que cualquier modificación que hagamos al uso del suelo altera el ciclo hidrológico, ya sea en la implantación de un cultivo forestal, ganadero, o agrícola, de la misma forma que cuando construimos una ruta, un barrio o una represa.
De nuevo, nuestra actividad humana, cualquiera, genera impacto, el tema es cómo lo conocemos, cómo lo tratamos y cómo lo manejamos. Un ejemplo adicional y asociado: tomamos agua del Acuífero para usos industriales o para consumo, también le cabe a esta actividad las mismas consideraciones, y quizás con mayor fuerza, debido a que directamente lo estamos afectando. ¿Hemos pensado en ello? Así, existen infinidad de ejemplos donde muchas veces por desinformación se incentiva a adoptar posturas inadecuadas, que precisamente en lugar de ser facilitadoras de mejora para la sociedad y el sector, generan decisiones erróneas que terminan no solucionando los problemas que deben atender, o peor aún, lo empeoran.
Para finalizar, proponemos un ejercicio, búsquese en la web cuales son las medidas que se usan en las zonas con problemas hídricos para manejar el agua y mejorar los ciclos hidrológicos. Luego revísese lo mismo para mitigar el efecto invernadero, y luego lo mismo para generar bioenergía. Una vez analizado el resultado, quizás empezaremos a pensar que el perro es el mejor amigo del hombre, pero después del árbol.
Nuestra Comunidad no podrá avanzar en la medida que desde una vereda opinemos y decidamos desde la otra, sin información, sin diálogo, sin comunicación. Debemos generar y trabajar con objetividad y no sobre comentarios infundados, entre todos tenemos que considerar a las fuentes, existen infinidad de organismos, instituciones y profesionales que disponen y brindan información para referencia, tenemos que mejorar el diálogo entre las Personas, las Instituciones y el Estado. No debemos personalizar las opiniones, las posturas y medidas, tenemos que dar y generar la oportunidad para que todos aporten objetivamente y que las decisiones sean finalmente en beneficio de todos. Ya lo dijimos una vez, vale la pena recordarlo, "desde la ciencia y la profesión forestal está el permanente compromiso con el adecuado manejo de nuestro recurso arbóreo, pero no debe ser una acción aislada".
Entre todos debemos lograr la cabal comprensión del árbol y el bosque como nuestro hábitat, como refugio de biodiversidad, fuente de agua y aire puro, generadores de trabajo y bienestar, y proveedores de los más diversos materiales para nuestra forma de vida tal como la aceptamos hoy. Nuestro futuro agradecerá sin dudas la racionalidad, la honestidad y el conocimiento que pongamos en cada decisión que tomemos hoy en nuestra relación con los bosques."
El Año Internacional de los Bosques, cerca ya de finalizar, se merece nuestro esfuerzo como comunidad.
Fuente: Diario El Territorio (edición del 5/12/11), Misiones.